lunes, 15 de mayo de 2017

Donde estoy contigo. (Escritura "automática" sin edición)

Esta vez te escribo a ti, esta carta que no es para entregar. Carta sin necesidad, sólo fiel deleite espiritual.
Tú, has abierto toda la poesía. Has desgarrado mi poesía, has vaciado cientos de mis palabras.
Tú me has mostrado el paisaje de después; el paisaje de después del enamoramiento. Tú me has dispuesto las fichas de un juego sin final, de un juego hasta el final. Has roto mis preguntas, has propuesto respuestas, has renovado mis opciones.
Has atravesado mis miedos para llamarme desde el sol hacia el sol. Así como también, hemos subido desde tus tinieblas, porque ambos hemos sido amigos.
Amigos con cuchillas cortando el aire entre ambos hasta llegar al otro en un abrazo, en un abrazo ahora, ya mismo, siempre. Amigos en el beso y amantes eternos entre sábanas. Y amantes en la calle, en la montaña. Amantes en la soledad de estar en el mundo bajo la noche abierta pero lejos de las miradas, cerca del universo, cerca de nosotros, cerca del amor.
Fenesíes de amor, de pasión, de humedad, de calor. Frenesí de ternura, cuándo no. Eres mi amor, mi amigo, mi compañero. Has abierto no sólo mi poesía... has abierto mi tiempo, mi horizonte. Me has devuelto a mí misma, me has regalado el reencuentro, la certeza justa, el guiño cómplice con la vida. Mi vida, mi vida se une a la tuya, tu vida me da vida, con mi vida te beso, la vida nos mira y nos ama también...
Has hecho de esta aventura, ese mundo divertido y posible...
Divertido...
Posible...
Ese mundo existe.

jueves, 11 de mayo de 2017

Comprensión.

Vie 6/ene/17.

Y me di cuenta de que la única soledad que deseo para el resto de mi vida, es ésta: la paz de poder hablar conmigo misma, un momento, lo suficiente a cada vez, a solas pero sabiendo a los míos en los cuartos vecinos, a la distancia del oído de sus pasos, de sus respiraciones.