lunes, 29 de agosto de 2016

Cuatro años...

Y "que un duelo dura como mucho dos años"... ¿Cuándo?, si han pasado dos pares, para poder encontrarse diciendo: "ah, sí, sucedió ayer..."

Y es recién entonces cuando nos parece que algo más hemos vivido desde ese ayer, y que hoy nos encontramos con ojos alegres y efusivos, ojos nuevos además de viejos. Nos miramos y no nos contamos la historia, pero la historia nos cuenta a nosotros. Uno, dos... somos algunos menos. Nos faltan. Y la historia nos cuenta. Pero también nos reencuentra y nos hace charlar y caminar.

Cuatro años... tres años... dos vidas... un siempre.

¿El tiempo del duelo? Siempre vamos a estar por ahí, dando una vuelta de tuerca más, o desajustando la de lo que ya no nos sostiene. Cambiando de perspectiva, negociando, concluyendo, preguntando, recordando por causa de apenas una caricia del sol o una punzada de frío. Vamos a estar por ahí... ya no tan cerca... un poquito menos... un poquito más nuevos.